Elegimos pintarlo en color blanco y es que cada día me gustan más los muebles de ese color. Me gusta mucho la luminosidad que aportan a las estancias.
Pues bien, este es el cabecero restaurado en color blanco.
Apareció en el desván de mi abuela y en cuanto lo vi, sus formas rectas me empujaron a cogerlo y ponerlo decente para darle uso.
Por lo que me contó mi abuela, es de madera de castaño y tiene nada más y nada menos que 100 años (aproximadamente, claro). También tiene un sello dorado que nos llamó la atención, pero no tenemos ni idea de que puede ser . . .
Como podéis ver, tenía muchas ralladuras y golpes, el barniz estaba encascarillado...
Así que lo lijamos y ya cambió completamente de imagen
Dos manos de pintura blanca mate (de Bruger) y ¡cabecero terminado!
El sello dorado del que os hablé, lo coloqué al revés, porque no le pegaba mucho a la habitación y el cabecero está suspendido en la pared
¡Agradecimientos a los colaboradores!
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